— ¡Vecina Feliciana, venimos por la
llave para abrir la biblioteca! —dijo Bryan luego de
tocar la puerta de calamina.
Feliciana entrega la
llave al niño apabullándolo de recomendaciones como todos los días...
—
Las manos limpias, no se olviden, tienen que cuidar los
libros. Termino de lavar la ropa y los alcanzo.
Con las manos en la cintura y la
sonrisa de madre que aflora en su rostro, Feliciana acompaña con la mirada al
grupo de niños, que entre juegos y abrazos van rumbo a la Biblioteca Comunal
del Asentamiento Humano Ampliación Aires, en Villa El Salvador. No sabe hasta cuándo
le será útil la excusa de lavar la ropa, lo cierto es que progresivamente ha
delegado la responsabilidad de abrir la biblioteca a Bryan. Ahora él limpia y
ordena los libros, acomoda la mesa y las bancas, ordena la entrega de libros a
los niños, y Feliciana sin dejarse ver lo observa desde una esquina, no se
puede explicar lo que siente, alegría, orgullo, ¡felicidad!...la emoción la embarga
al comprobar que está logrando, mucho más que un lector para su comunidad.
Bryan es un niño de 12 años, la
solidaridad se encarnó en él desde muy pequeño, desde cuando su madre era la
encargada de un Wawa Wasi. Bryan ayudaba a cuidar los niños. Con mucho ingenio
elaboraba juguetes con chapas, botellas, palos, y lograba divertirse con todos
los niños. Su habilidad para elaborar juguetes de material de desecho se fue
perfeccionando, los vecinos estaban asombrados de lo bien que trataba a los
niños del Wawa Wasi, el asombro también se irradió a través de un conocido
programa de televisión, donde le regalaron a Bryan una caja de herramientas,
con la cual sigue haciendo juguetes para los niños de su barrio… junta leña
antes de ir al colegio, vende cancha en bolsitas a los vecinos de su barrio,
ayuda en hacer las tareas escolares a su
hermana menor... Y ahora se encarga de atender la biblioteca comunal. Una tarde, su madre lo
encuentra amasando un poco de harina... Bryan había decidido hacer ¨cachangas¨
para ayudar en la economía familiar...
Cuántos “textos” nos tendrá que
“escribir” Bryan para poder comprender
su mensaje... Cuántos niños como Bryan se agitarán como signos desconocidos,
brincando entre colores tratando de
estimular la retina oficial.
Como resultado de la emergencia
educativa, con políticas encaminadas desde el Ministerio de Educación, y la intensa labor de Promolibro en el fomento
de la lectura, se está generando un
embalse de expectativas, oportunidades e intereses, que pueden
arrasar con los “textos y escritos” de niños como Bryan en el país, si
es que no precisamos oportunamente en el texto y acción, lo que se quiere leer...y para qué.
“El saber, como la
riqueza, sólo es fecundo
si está al servicio
del hombre”.
*Jorge Basadre
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Si
de hábito a la lectura y comprensión lectora se trata, la mafia “montesinista”
debe tener un elevado nivel de comprensión lectora y cientos de libros leídos y
por leer. Pero de eso no se trata, es algo superior: Leer la vida para comprender
nuestra realidad, es abrir espacio e incertidumbre en nuestra perspectiva. La
lectura de textos pueden llenar estos
vacíos y generar otros, que pueden ser cubiertos luego, para ampliar nuevos y
superiores vacíos, en búsqueda de más y más conocimiento para crear y emprender.
La lectura de vida, articulada a la lectura de textos, es
un arma mortal contra el subdesarrollo. Por lo cual, el tipo de lectura que
también debemos promover, es la lectura de vida de los más audaces, de aquellos que enfrentan con pecho abierto a la pobreza extrema en el
País, como Bryan en Villa El Salvador.
Si
a Bryan se le facilita un plan de lectura consensuado previamente con él y su
comunidad, con textos que fortalezcan su identidad y preserve su autoestima,
nutriéndolo de conocimientos progresivamente, respetando su proceso de
aprendizaje y las condiciones de su entorno social, entonces estamos hablando
de un Plan Lector al servicio de Bryan y su comunidad. Leer sería un MEDIO para el buen desarrollo de Bryan.
Pero
si ha Bryan le imponen un plan de lectura solo “para su futuro”, con libros
bonitos y fantasiosos pero inútiles para su presente. Alentándolo solo a leer y
comprender el texto escrito, se estaría
poniendo en riesgo su capacidad de seguir explorando nuevas fuentes de
creación desde su realidad, como los juguetes en el Wawa Wasi y las “Cachangas”.
También se correría el riesgo de pasmar ese sentimiento solidario que forjó
desde niño y que aún lo mantiene sonriendo...Así entonces, Leer sería LA FINALIDAD, ...Bryan al servicio de la lectura de textos.
Leer
y comprender lo leído, solo para divertirse puede ser una opción legítima. Leer
y comprender lo leído, para mejorar las estadísticas del Estado y no ser más, los últimos en comprensión
lectora, también es válido.
Pero,
pocas veces en nuestra historia se presentan situaciones favorables para, desde
una política de estado, emprender un
proceso de transformación del País,
promocionando el desarrollo sostenido de los amplios sectores populares.
La Ley de Democratización del Libro y Fomento de la Lectura, el Plan Lector y
el Proyecto Educativo Nacional, requieren de un amplio componente
participativo, una sólida base que puede estar constituida, entre otras, por la
amplia red de organizaciones sociales existentes. Ya que en las últimas décadas, estas se han
consolidado en diversos campos,
cubriendo espacios que el Estado no ha podido atender.
Guiados por ese
sabio instinto natural de sobrevivencia, progresivamente, los dirigentes y
dirigentas de las organizaciones sociales, están ingresando a este proceso aún
desconocido, Y Luego de superada la etapa de desconfianza hacia el estado (cautela
inicial propia de la experiencia) se podrá incorporar en sus nutridas agendas, las actividades
orientadas a mejorar la calidad educativa, con el debido interés y compromiso,
como viene ocurriendo en las Bibliotecas
Comunales en Villa El Salvador
Claridad
en la propuesta y transparencia en las acciones, es indispensable para que las
organizaciones sociales se incorporen a este proceso con VOZ Y VOTO. Para
asumir el Plan Nacional de Lectura y El Proyecto Educativo Nacional, con el
mismo ardor con que asumen sus gestiones por luz, agua, pistas, veredas, etc. Y
con la alegría con que organizan sus campeonatos deportivos o fiestas
patronales: sin un Nuevo Sol de inversión por parte del estado.
¡Incorporar
el hábito a la lectura en nuestros dirigentes y sus organizaciones sociales, es
otra arma mortal contra el subdesarrollo!
Esta
década se vislumbra un proceso de consolidación con políticas de reestructuración
del sistema educativo, y promoción de la lectura en el país, de nosotros depende
también, que esas políticas de estado sean una FINALIDAD o un MEDIO.
VES,
junio- 2008
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